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viernes, 6 de enero de 2012

¿Quién pueda merecerlo?



¿Quién podría decidir o escoger quien pueda merecer un feliz año 2012, o una feliz vida. 

 ¿Quién podría ser la persona “humana” con esa capacidad? 

Siendo que todos, sin excepción merecemos una vida de felicidad. Todos nacemos con ese derecho, aun cuando cada quien trace una trayectoria diferente, según las circunstancias, entorno, capacidad,  condición personal y manera de reaccionar.

¿Quién sería la persona más justa y desnuda de prejuicios, complejos,  favoritismos, estereotipos, intereses, defectos… ¡Tan perfecta! Que pudiera escoger?

“Felicidad, para quien pueda merecerlo” Es en realidad un deseo muy profundo y auténtico, de que cada vez más gente pueda serlo… Pues, la ¡Felicidad para todos! no ha sido posible, aunque ¡allí está!, flotando en el aire, a la mano, a la vista, o en el corazón, o en la mente,  no todos pueden ser capaces de capturarla y retenerla y hacerla su forma de vida.

Esas palabras, no van para discriminar: ¿Quién? ¿merecer?

Si el malo fuera feliz, tal vez no sería malo; pero, el bueno no necesariamente es feliz por ser bueno.  O el feo, o el bonito, o  el enfermo o el sano. Los manicomios contienen muchos locos muy felices.  Tampoco es una invitación a perder la cordura a quienes la tengan y así sean felices.

Es de elección personal el asumir: ¡Yo lo merezco!, yo soy quien, estoy dispuesto(a) a ser feliz, porque así lo deseo, porque me da la gana, porque no deseo vivir sufriendo. Si me abofetean, ya no permitiré que lo hagan, me mantendré a salvo, si me humillan, si me ofenden, si me marginan, si no logro lo que deseo para mi, para sentirme bien, voy a hacer todo lo que esté en mi, haciendo las adaptaciones necesarias para mi caso específico y aceptando lo que no pueda cambiar, de mi, de los demás o del entorno.

Merecer a partir del propio ser, quien sea. Esa actitud podría avanzarnos muchos pasos al mismo tiempo, para acercarnos al logro, y poder desde LA FELICIDAD, tender la mano a quien no pueda por sí solo, pues aunque nos pongamos una venda en los ojos, hay infinidad de personas que necesitan ayuda para impulsarse...

Poder merecer, como un equivalente a poder ser, con un esfuerzo personal grande por lograrlo. Nada nos llega gratis, ni por muy linda cara que tengamos, depende mucho del desarrollo de la capacidad. 

El esfuerzo dedicado a ello es lo que da el merecimiento como resultado.  ¡Merézcanlo! Yo me esforzaré mucho por merecerlo, ¡ojalá que podamos!… que no quede por uno.


17 comentarios:

  1. Temo que ser feliz es siempre un arduo trabajo.
    Un abrazo y Felices Reyes
    ibso

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  2. Sospecho que fue mi comentario anterior que te generó este escrito y me alegro muchísimo porque es muy intenso y muy lúcido. Un beso, Sara.

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  3. Ahora he leído tu respuesta al comentario anterior y veo que no, que ya lo tenías pensado, traviesilla! Bueno, de acuerdo en todo, ya lo ves.

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  4. Hola Sara: te deseo de todo corazón, lo mejor para ti y los tuyos en este 2012.
    Abrazo. Jabo

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  5. Yo merezco ser feliz y todos lo merecemos (sí, es@ también). Por eso, querida Sara ¡sé feliz!

    abrazos :)

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  6. Ibso, diario amigo querido, pero posible.
    Gracias, y también felicidades, con abrazo.

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  7. Ada: Ibso, tú, José Vicente, Mariluz... Y quienes dentro de mi grupito de seguidores, día con día vienen a decirme desde el fondo de su corazón o de su mente, van afirmando, modificando o enriqueciendo mi pequeñito criterio.
    Lo agradezco mucho...¡bastante! Es la principal bondad recibida de este blog, esa retroalimentación.
    Podría decirte para adornarme que yo, o para adularte que tu... pero ya todo lo han abordado miles de personas antes que nosotros, cada uno a su forma.
    Pero, sábete que tú me has aportado más de lo que te imaginas, todo muy favorable, ¡millares de GRACIAS, querida Ada! Sin duda, tiene un alto porcentaje de tí, este pedazo de página electrónica de letras lúcidas, que también a muchos otros, no le gustará.
    Me da una gran alegría contar con comentarios tuyos. Recibe un beso.

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  8. Jabo: Gracias, con la reciprocidad que te mereces conmigo, ¡siempre! Mis sentimientos hacia ti fueron, siguen y seguirán siendo de gratitud, respeto y una amistad entrañable.
    Un abrazo con mucho cariño y la mayor calidez posible, con mis mejores deseos para ti y tu familia.

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  9. Mariluz, ¡Lo mereces! trabajas mucho por ello... Te confieso, con lo mucho que he trabajado por ello, lo soy amiga, lo soy, de verdad. Con los naturales altibajos, que a veces es imposible controlar... pero feliz, congruente. Medio loca eso sí.
    Un montón de abrazos.

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  10. IBSO, una vez conquistada, podemos estar tristes, en muchas ocasiones, por muchas razones, esas sobran siempre, pero no infelices.
    Un abrazazo.

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  11. Decidir ser feliz ya es merecer ser feliz...

    Paz&Amor

    Isaac

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  12. Isaac, ¡seguro! tu te has instalado desde hace tiempo en ese estado.
    Gracias y recibe un abrazo.

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  13. No me había dado cuenta de que era otra entrada distinta, ¡hay esa e y esa a!, jejeje. Pero bueno, me ratifico y conincido en general con todos los comentaristas anteriores, todos merecemos ser felices, por lo menos muchos de nosotros, jejeje, que decir todos quizas es mucho decir.

    Un beso, querida Sara y sigue así, intentando ser feliz

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  14. José Vicente:
    Hay que serla querido amigo. Para eso estamos vivos.
    Otro abrazo con mucho cariño.

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  15. Sobre esto de los merecimientos, una vez se me dijo que no se trataba de tal cosa, sino de "voluntad". No sé lo que merecemos, pero sí lo que queremos.

    Muchos besos

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  16. Hola Hada: Al quererlo ya estamos empezando a trabajar por merecerlo...
    ¡Gracias! Todos los besos y los abrazos, amiga.

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  17. La felicidad está, a veces, en ser discriminado por propia voluntad, por no seguir la señal del "abanderado". Muchos pueden condenarse a la infelicidad por no compartir las señas predominantes, las que marcan el mundo, por ser un disidente.
    Comprendo, y perdona, que el leer estas entradas tan antiguas es un engorro pues para contestar a los comentarios te obligo a leer cosas que hace tiempo escribiste y que, tal vez, tengas olvidadas. Lo siento.

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¡Gracias por tu comentario y tu alegría!