Carmen se enamoró muy joven,
a los dieciocho se quedó,
con tres consecuencias y sin él.
Lloró un tiempo
y volvió a creer. Muchas veces más,
volvió a creer.
Cada hombre,
le fue robando algo,
poro a poro, pedazo a pedazo.
Pero, cuando agota una ilusión,
otra ya está en ciernes,
siempre vuelve a creer.
Cada relación es peor que la anterior,
en eso gasta todos sus días,
con tal de no estar sola.
Goza platicando sus vivencias,
maravillas de su fantasía,
“se deja querer” –dice.
Pero, se desborda en darse a ellos,
queriendo atrapar a su último tren,
en cada abordaje sin cesar.
“Éste si es diferente” –asegura,
hasta que encuentra
otro hombre “más diferente”.
Ya ni siquiera sufre desilusión,
sólo cambia de propietario,
sus hilachos de corazón.
Está tan sola que nunca lo está.
No pide, no recibe, no vive…
pero nunca se calla.
Tiene miedo de que al hacerlo,
ya no pueda resollar.
Sonríe y siento escalofrío.
Hola Sara!! Precioso amiga. La melancolía de una esperanza castigada.
ResponderBorrarFeliz semana!!
Besosssssssss
Hola Gabriela, qúe interesante interpretación.
ResponderBorrarFelicidades también para la neuva semana.
Hay gentes que no saben vivir sola, no pueden, les cuesta... necesitan tener a alguien siempre cerca y ya no importa que mal le hagan, reconozco esta manera en mucha que veo a diario...eso no es amor, ni cariño, es una tremenda necesidad que despierta la soledad.
ResponderBorrarUn abrazo grande querida!!!
Este poema es de una profunda tristeza, hay que saber vivir con la soledad, el amor verdadero y con él la compañía, con el tiempo llegará, nunca hay que ceder ni dejar entrar al primero que pasa, las consecuencias se pagan toda la vida con mayor soledad y mucho más terrible.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo
Excepcional y por desgracia creo que habitual; y es que creo que las parejas que se forman muy jóvenes corren ese riesgo: A poder ser es mejor disfrutar de cada etapa de la vida; la niñez debe ser tal, la adolescencia igual, y así todas las etapas, pero si se tiene que vivir la adolescencia como adulto, antes o despues uno de los dos de adultos, echarán de menos esa adolescencia que no vivieron.
ResponderBorrarBesos.
Cecy, Muy amarga y desquiciante es la soledad con compañía. Mientras que la soledad a solas lleva a un crecimiento interior. Otro abrazo para tí amiga.
ResponderBorrarJose Vte. Muy sabias tus palabras, para enmarcarlas y mostrárselas a muchos jóvenes. Ni que agregar amigo, si has sido muy contindente.
ResponderBorrarUn abrazo.
Fernando: Qué cierto, no hay que desperdiciar etapas en la vida, sino vivirlas plenamente cada una, para ser adultos maduros.
ResponderBorrarBesos.
Somos gregarios, es indiscutible... hay demasiadas "Carmen", pero también demasiada soledad. Hoy me llevo un regusto amargo, amiga poeta
ResponderBorrarun abrazo
Querida Mariluz, mientras que no sea por mal narrado...
ResponderBorrarBesos.
La soledad es a veces un complicado aliado. En ocasiones tiende la mano, y en otras obliga a mendigar un leve roce de afecto.
ResponderBorrarEs un poema dulce y duro, que enamora y entristece. Cualquiera ya quiere a Carmen.
Ay, Sara amiga, qué pena penita me despierta Carmán. No poder aceptar que en la vida hay veces que es mejor estar sola y quererse un poco a una misma porque si eres todo dar y poco recibir...ay, qué pena...
ResponderBorrarBesitos
Todo nuestro mal proviene de no saber estar solos.
ResponderBorrarAna, gracias, de mucho valor para mi tu comentario, siendo que eres especialista en sentires femeninos, lo que plasmas tan bien en tus letras.
ResponderBorrarMe gusta que viste el contraste.
Hola Susana, un poquito contraria a nuestro pensar y actuar ¿verdad? ¡Hay de todo en este mundo!
ResponderBorrarBesos.
Pitt, por eso hay que hacer una gran agrupación de misántropos y entonces... ¡Al diablo con la misantropía! jajajaja.
ResponderBorrarSaluditos
No hay nada más triste y que provoque más dolor que el no saber estar a solas con uno mismo.
ResponderBorrarLas mujeres somos más propensas que los hombres a pegarnos a cualquier sapo con tal de no estar solas.
Sin dudas, es una cuestión de madurez. O de inmadurez, mejor dicho.
Interesante post,para reflexionar un largo rato. Gracias, bonita, un abrazo!
María, yo creo que hombres y mujeres por igual, no sólo las mujeres, porque si se trata más bien de madurez... Gracias a tí.
ResponderBorrarUn abrazo.
Hay que dejar fluir el dolor, no es lo mismo vivir solo que sentirse solo, cuando más triste mas bonitas son las letras.
ResponderBorrarun abrazo.
Hola Ricardo, Hay personas que necesitan siempre tener ruido y gente, para no encontrarse con ellos mismos. Se pierden de algo sublime.
ResponderBorrarGracias por estar aquí.
Abrazo.
Hoy tengo una pena tan grande en mi alma,que la soledad me invade toda.
ResponderBorrarNo es fácil vivir la soledad...hoy empiezo a transitarla y le temo.
Me ha encantado el verso "está tan sola que nunca lo está".
ResponderBorrarHola Elsa: ¡Cuánto lo lamento! Es fácil, más de lo que te imaginas. Hay que enfrentar lo que estás sintiendo.
ResponderBorrarPuedes escribirme a sarahdur@gmail.com, sé como ayudarte, si lo deseas.
Un gran abrazo.
Ada, qué bella eres, me estimulas siempre de una manera muy especial.
ResponderBorrarUn abrazo.
Tus palabras llegan entristeciendo los sentidos.
ResponderBorrarComo una noria una vida se va gastando!!!
Cariños
No es bueno confiar por confiar, en cualquiera Abu, más vale solas que mal acompañadas, de la otra forma se seca el corazón y la esencia se agota.
ResponderBorrarUna estrellita de anís para tí.