La chamana

Apareció un duendecito para obsequiarme "La chamana", el tributo que le hicieron a Chavela Vargas, extraordinarios músicos y cantantes en todas las modalidades del español. Ahora con su más reciente adiós... se evoca, se piensa, se quiere, se canta, como si fuera que apenas estuviera llegando. Los jóvenes la traen de moda, la están descubriendo, jeje.

En la vida, hay quienes se pasan esforzándose por gustar o enamorar, siempre equilibrados, entonados, armonizados con todos los ambientes; y pasan siendo un ingrediente más, pero sin lograr nunca ser la nota picante o predominante de nada.

Y hay quienes como Chavela, viven tal y como son, "les guste a los demás o no", ¡total, qué más da! Es la gente a la que se le ama o se le odia, pero nunca términos medios... desatando pasiones, desde las suyas también desatadas, eligen ser y saben definirse. Cuando mueren, es como si apenas nacieran... como una buena "chamana".

Ella nunca las cantó, si en realidad ¡las destrozaba! con esa voz; pero las vivió desde cada rasgo, cada redondez, cada ángulo, de cada letra, de cada oración, de cada canción, que hoy en las mejores voces de muchos países, empezamos a conocer palabra por palabra, nota por nota, ya no sentimiento por sentimiento, como con ella.

Por eso hoy estoy en el campo, escuchado las guitarras, armónicas, una que otra trompeta, saxofón o percusión, maracas, flautas, piano, apreciando toda la belleza junta de alguien que no buscaba agradar, sino quizá solo entenderse a sí misma, desenmarañando sus propias emociones y terminó cautivándonos con su estilo.

¡Híjole! qué canciones tan lindas escogía:  "Somos dos gotas de llanto, en una canción..." "toda una vida, me estaría contigo..." "tómate esta botella conmigo..." "no me cansaría de decirte siempre, pero siempre siempre..." "Vaamonoos, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos maal", porque "no somos iguales, dice la gente..."

*Sé como quieras, ¡total! Si nunca se tiene contenta a toda la gente... y con un golpe de suerte,  hasta te eternices. Esa es la moraleja que nos dejó "La chamana" de todos.

** Qué belleza tener 90 años y ser querida por los jóvenes, es la cosa más divina.